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domingo, 7 de febrero de 2010

MEMORIA: España y los Bicentenarios de la Independencia - I

España: Bicentenario sin mea culpa

Gerardo Lissardy
BBC Mundo
Madrid, viernes, 5 de febrero de 2010

Dos siglos después del inicio de las luchas independentistas en América Latina, España decidió evitar cualquier tipo de mea culpa por el papel que tuvo en sus antiguas colonias, pese al ánimo revisionista de algunos países.


"No es la historia lo que ahora le preocupa al gobierno español ni lo que me parece que les preocupa a los gobiernos latinoamericanos. Les preocupa mucho más el futuro que el pasado", afirmó el secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, en entrevista con BBC Mundo.

Las declaraciones del funcionario español contrastan con la actitud de gobiernos latinoamericanos que aprovecharon la conmemoración del Bicentenario para recordar o reconocer los abusos cometidos contra los indígenas durante la colonia o después de la misma.

Al asumir un perfil discreto en este aniversario, Madrid pretende tomar distancia de los reflejos nacionalistas en América Latina y minimizar el riesgo de roces con países como Venezuela o Bolivia, explicaron analistas.

"Luces y sombras"

De Laiglesia explicó que España quiere "acompañar" las conmemoraciones del Bicentenario en América Latina "cuando los países que lo conmemoran lo soliciten".

La frase pareció aludir al rechazo que el año pasado expresó el presidente venezolano, Hugo Chávez, a una participación de España en las celebraciones del Bicentenario de las independencias latinoamericanas.

"A los indios los descuartizaban", dijo Chávez en junio. "Ojalá algún día Europa pida perdón".

El presidente boliviano, Evo Morales, un indígena aymara aliado de Chávez, también afirmó que durante la colonia se buscó "el exterminio de los pueblos indígenas" y una explotación de "los recursos naturales" de la región.

Incluso la presidenta chilena, Michelle Bachelet, pronunció en enero "un claro mea culpa" en nombre de su nación por los atropellos cometidos contra los pueblos indígenas, durante un acto para marcar el retorno de los restos de cinco indios kawésqar que en el siglo XIX se exhibieron en "zoológicos humanos" de Europa.

"Cuando celebramos el Bicentenario de la independencia, resulta insoslayable enfrentar las luces y sombras de nuestra historia, las glorias pero también las injusticias", advirtió Bachelet.

Sin embargo, De Laiglesia descartó que a España le corresponda realizar una autocrítica similar a la chilena.

"¿España debe verse afectada o criticada por frases como esa, que lo que hacen es exaltar el sentimiento nacional cuando se recuerda una gesta como la de la independencia?", preguntó secretario de Estado español.

"Continente mestizo"

Carlos Malamud, principal investigador sobre América Latina del Real Instituto Elcano, en Madrid, le dijo a BBC Mundo que las disculpas españolas tendrían cabida "desde una perspectiva teórica".

Pero opinó que en la actual coyuntura política "un mensaje de ese tipo sería usado con fines claramente propagandísticos y no sería constructivo".

Según Malamud, Venezuela y algunos de sus aliados en la región "intentan negar parte del pasado histórico, de lo que es la esencia de América Latina, que hoy es un continente mestizo".

"Si la situación fuera más normal", dijo, "esto se hubiera desarrollado de otra manera".

La oportunidad para que Madrid realice una "autocrítica" en este Bicentenario fue señalada en mayo por Miguel Angel Bastenier, columnista del diario español El País y licenciado en historia y derecho.

"España ha de saber reconocer los horrores de la conquista; no el genocidio que trompetea Chávez, porque no hubo plan de exterminio (…) pero la evangelización y la rapiña de riquezas a sangre y fuego son episodios cuya extrema crueldad no fue fruto del azar", escribió Bastenier.

En otra columna de El País publicada en enero bajo el título "La traca del Bicentenario", Bastenier insistió en que España debe explorar cómo "reconocer su responsabilidad, pero sólo conjuntamente con el criollo que fue brazo ejecutor de tanto abuso y crimen contra el indígena y el esclavo durante la colonia y en la independencia".

"España necesita hacer borrón y cuenta nueva", concluyó.

"No dejarse amedrentar"

De Laiglesia evitó comentar la idea de que un reconocimiento de ese tipo permitiría a España mejorar sus lazos con América Latina, un objetivo de Madrid para la presidencia semestral que ejerce en la Unión Europea.

"No estoy ni de acuerdo ni en desacuerdo", dijo De Laiglesia.

En cambio, insistió en que su preocupación es "el futuro": reflexionar con los países latinoamericanos sobre cómo se han atendido las necesidades de los pueblos y trazar "un plan de trabajo y cooperación" conjunto.

Sin embargo, el escritor, antropólogo y doctor en filosofía José Tono Martínez le dijo a BBC Mundo que aún mirando al futuro y sin entonar ningún mea culpa, Madrid podría asumir un papel más dinámico en el Bicentenario.

"España debería ser mucho más activa", explicó "y no dejarse amedrentar en cierto modo por el temor de que si es activo durante los bicentenarios, alguien le va a reprochar su papel durante esas guerras".

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Tomado de: http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2010/02/100203_espana_bicentenario_latinoamerica_gl.shtml

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MEMORIA: España y los Bicentenarios de la Independencia - II

La traca del Bicentenario

Miguel Ángel BASTENIER

El País, Madrid, 13/01/2010

Comienza la gran traca del bicentenario. Los 200 años de las primeras declaraciones latinoamericanas que hoy se asimilan, redondeando conceptos, a proclamaciones de independencia, estallarán durante 2010, con España como monigote de pimpampum y huésped de honor en el banquillo de los acusados.

El calendario arranca por Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, vocifera que no habría que permitir a España asociarse a los actos patrios, como sí hará, sin embargo, pero con la prudencia de ser sólo un acompañante de las festividades. El 19 de abril se conmemorará la destitución del gobernador español Vicente Emparán por el cabildo de Caracas; seguirá Argentina con la constitución el 25 de mayo de la Junta Autónoma de Buenos Aires; el 20 de julio le tocará a Colombia, donde una trifulca conocida como el florero de Llorente acabó costando un virreinato; el 16 de septiembre fue el cura mexicano, Miguel Hidalgo y Costilla, quien sí que encabezó una verdadera sublevación popular contra la monarquía hispánica; y el 18 la formación de la Junta de Santiago de Chile completará el vía crucis español, a la espera de que en 2011, y hasta 2025, se extienda una espesa representación simbólica de proclamaciones poblada de buenos y malos.

Lo que se declaraba no era, pese a todo, la independencia, sino que ante la soberanía cesante de España, sojuzgada por Napoleón, los criollos reivindicaban su autogobierno, aunque únicamente, se entiende, hasta que Fernando VII recobrara su augusto trono.

Cabe argumentar que una declaración de ruptura con España no era directamente asumible por aquellas repúblicas de propietarios en un mar de indigentes de otro color, con lo que habría que ver esa rebeldía como táctica que no osaba aún ser estrategia; pero, también, que la fórmula transaccional permitía imaginar otro final contando con que parte del criollato -que sí existió- aceptara una soberanía interior sin desvinculación completa de la metrópoli, como ha argumentado el historiador ecuatoriano José Cañizares Esguerra, y, sobre todo, con la prudencia de las Cortes de Cádiz -que no existió- para reconocer en pie de igualdad al mundo hispano-americano. Pero esa solución seguramente era demasiado moderna.

Los propósitos que animan a los gobernantes latinoamericanos son tan variados como su procedencia. La Colombia del presidente Uribe, con mucho criollo en el poder, quisiera celebraciones apacibles sin réprobos ni verdugos, pero ya se encargarán algunos fierabrás de la izquierda -el Polo- de hablar de genocidio; y lo mismo cabría decir de México, cuya dirigencia aunque es más hispánica que el sepulcro del Cid, el mestizaje del país y lo a mano que cae recordar a Hernán Cortés, crearán tensiones en todo el espectro político. Y Argentina, una presunta Europa en el Cono Sur, que gobierna una diarquía de apellido Fernández -¿o es Kirchner?- bailará al son que convenga para sobrevivir a una sociedad cada día más díscola en su proliferación de peronismos. Pero el maremoto es, sobre todo, caribeño y andino.

El bolivariano Chávez concibe las celebraciones como una recuperación de tono muscular ante unas elecciones legislativas en septiembre que, si hay que creer a las encuestas, deberían preocuparle. Ya ocurrió algo parecido a comienzos del siglo XX cuando el dictador Juan Gómez se valió del primer centenario para blindarse de nacionalismo, pero la diferencia estriba en que Venezuela, aun teniendo instituciones de débil octanaje y perdiendo gas, no es hoy una dictadura.

Pero la gran crucifixión viene de Bolivia. El presidente Evo Morales, indio aymara, presenta enmienda a la totalidad: "No hubo colonización, sino invasión para robarse nuestros recursos", ha dicho y, puestos a festejar, considera mucho más reivindicable algunas algaradas indígenas del XVIII, que el torpor con que La Paz enfocó la independencia, más preocupada por librarse de Buenos Aires que de Madrid, razón por la cual no hubo grito de independencia hasta 1825.

¿Qué va a ser de España en ese acompañamiento votivo? Celebrar, financiar y no tomar ninguna iniciativa sin consensuarla con México, Colombia, Argentina, Perú y Chile; dialogar con Bolivia y Venezuela, que con Ecuador, bajo Rafael Correa y pese a su bolivarianismo, no hay problema. Y explorar cómo puede España reconocer su responsabilidad, pero sólo conjuntamente con el criollo que fue brazo ejecutor de tanto abuso y crimen contra el indígena y el esclavo durante la colonia y en la independencia, porque los pecados del pasado, como subraya el guatemalteco Severo Martínez Peláez [1925-1998] en La patria del criollo [1970], no se olvidan; y España necesita hacer borrón y cuenta nueva.

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Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/internacional/traca/Bicentenario/elpepiint/20100113elpepiint_9/Tes

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España vista por Latinoamérica

La nueva imagen de España en América Latina

Javier Noya

Tecnos. Madrid, 2009

547 páginas. 35 euros

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CRÍTICA

Cómo dicen que nos ven

M. Á. BASTENIER

El País, Madrid, 02/05/2009

España ha pasado en un espacio de tiempo relativamente corto de imaginarse cosas, casi siempre inexactas y autogratificantes, sobre América Latina a recoger cerca de un 10% de su PIB del trabajo en las antiguas colonias; y, paralelamente, a interesarse como nunca anteriormente por lo que piensen allá de nosotros. Con el propósito de dar una respuesta lo más pormenorizada posible a ese tipo de interrogantes, Javier Noya, investigador del Real Instituto Elcano, presenta este volumen grueso pero conciso, prudente e indispensable para trabajar sobre el continente de habla española que recoge, ordena y comenta las estadísticas allegadas por el Latinobarómetro, de 2000 a 2007.

Desde las bases sociales del antiespañolismo hasta un desglose de lo que se piensa de España país por país, pasando por -quizá el renglón más apasionante de todos- la imagen de la imagen; es decir, cómo creemos que nos ven los latinoamericanos, el libro completa una pequeña pero casi utópica proeza: establecer el guarismo que expresa y condensa todas esas realidades.

Ya sabemos lo que se dice de la estadística, y tomaremos las cifras sobre todo secuencialmente, porque la tendencia es posible que nos diga más que su valor absoluto. Pero de todo ello no deja de derivarse un competente retrato robot de lo que significa España en América, que le ha de ser tan útil al hombre de negocios como al viajante de la cultura; y que, especialmente, constituye una excelente guía para que España comprenda y aprenda a manejar su soft power, su capacidad de convencimiento o atracción sin tener que dar nada a cambio. No asumiremos todo lo que leamos al pie de la letra; pero quien no maneje buena parte de estos datos, se expone a quedar como un semianalfabeto en cuestiones latinoamericanas.

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Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/ensayo/dicen/nos/ven/elpepuculbab/20090502elpbabens_4/Tes

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